Previsiones legales
Cuando nos referimos a los límites del espionaje en España, el primero al que tenemos que hacer mención es el derecho a la intimidad. Nadie está autorizado a acceder a la información personal que no desees revelar. Esto es así aún dentro del ámbito familiar, como por ejemplo la instalación de cámaras, micrófonos ocultos o programas informáticos que registren las actividades de los individuos en sus ordenadores. Para no incurrir en delito, todos deben estar al tanto de la presencia de estos equipos.
Lo mismo ocurre en el área de trabajo. Una empresa que haga uso de programas espías para vigilar a sus trabajadores tiene que notificarles previamente al respecto. Si no lo hace, la ley protege al empleado y se han visto casos en los que se han detenido procesos de despido porque no ha habido una información clara sobre las actividades de monitoreo.
Entonces, ¿cuándo una investigación es delito y cuándo no lo es? La existencia de una legislación que regula cualquier actividad de investigación, hace que esta sea legal siempre y cuando se realicen bajo ciertos parámetros.
Hay dos ámbitos específicos en los que están permitidas las labores de espionaje: en primer lugar en materia de seguridad de Estado y protección de ciudadanos ante algún delito; y, segundo, la labor que ejercen los detectives privados con el fin de obtener pruebas sobre la conducta de los individuos investigados. En cualquiera de los dos casos se deben respetar garantías mínimas y la información obtenida tiene que utilizarse con fines lícitos.
Otra condición tiene que ver con quién realiza la investigación. Solamente las fuerzas públicas, previa autorización de un juez pueden llevar a cabo cualquier tipo de investigación para obtener datos que no se quieran revelar. Aparte de ellos, los detectives privados también pueden hacer investigaciones respetando la ley que regula su actividad, de lo contrario incurren en delito y son propensos a recibir sanciones.
Programas espías
Toda persona tiene derecho a la intimidad y al secreto de las comunicaciones. Muchas veces, haciendo caso omiso de estos, dentro del propio ámbito familiar y personal se comete delito de espionaje mediante el acceso y vigilancia de la información personal. En casos aún más graves se llegan a modificar archivos personales, cambios de contraseña, sustracción de documentos, entre otros.
Una forma popular de espionaje es la instalación de programas que almacenan claves, pulsaciones del teclado y páginas visitadas en Internet. Aunque son difíciles de detectar y el espía rara vez deja huellas es posible descubrirlos, al igual que el uso de otros elementos instalados para la vigilancia sin autorización, a través de barridos electrónicos, por ejemplo, y la contratación de un experto informático que se encargue de revisar la presencia de estos programas.
Una manera de protegerte ante casos de este tipo es la instalación de programas anti-keyloggers, que detectan si las conversaciones o archivos están siendo capturados por otros software.
Ante la sospecha de que estás siendo víctima de algún espía, lo mejor es contratar los servicios de un profesional, como los expertos de nuestra agencia de detectives, puesto que sabrán exactamente qué hacer. Actuar por ti mismo no solo puede acarrear un delito sino que corres el peligro de borrar o alterar pruebas necesarias para un posible caso judicial.
Son muchos los casos ante los cuales una persona cae en la tentación de espiar a otra sin recurrir para ello a los medios legales existentes, como en las investigaciones sobre infidelidades, sin darse cuenta que también vulneran los derechos del sujeto al que se dirigen las averiguaciones. Si quieres actuar dentro de la ley y mantenerte dentro de los límites del espionaje en España, puedes recurrir a nosotros en busca de asesoría.
